La pandemia de COVID-19 ha provocado inestabilidad económica y social estos dos últimos años; el malestar social y el impacto del cambio climático, han puesto de manifiesto cómo los riesgos a los que se enfrentan las empresas son cada vez más volátiles e interconectados.
En año pasado, las empresas también tuvieron que hacer frente al aumento de ciberataques, a las interrupciones de negocio y de la cadena de suministro. Para salir adelante, las empresas deben asumir riesgos, al mismo tiempo, deben estar preparadas para hacer frente a los impactos de nuevas y mayores fuentes de volatilidad. Además, para crear el tipo de resiliencia necesaria para hacer superar futuras crisis, las organizaciones deben reconocer la naturaleza interconectada de muchas exposiciones al riesgo y enfocar la gestión de riesgos de manera integral.
De cara a 2023, hay seis «riesgos de cola larga» que resultan especialmente preocupantes, afirma Lambros Lambrou, CEO de Commercial Risk Solutions de Aon. Se trata de la ciberseguridad, el daño a la marca/reputación, el riesgo cada vez más complejo en la cadena de suministro, el riesgo de pandemia, el riesgo de propiedad intelectual, y la transición climática.
Según Lambros Lambrou, CEO de Commercial Risk Solutions de Aon, “Los riesgos interconectados están en el foco de las empresas debido a su naturaleza compleja y a las exposiciones de larga duración. Las organizaciones tienden a comprender peor estos riesgos, por distintos motivos. Esto requiere que las empresas adopten una nueva perspectiva sobre la evaluación de ellos y la cuantificación de escenarios, y que comprueben rigurosamente la validez de los programas existentes de financiación y de gestión de riesgos.”
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