Junto con la energía solar y la hidroeléctrica, la energía eólica es una de las fuentes de energía alternativas al uso de combustibles fósiles, siendo la primera fuente de generación eléctrica en España en 2021 y superando el 23% de cobertura de la demanda, según datos de la Asociación Empresarial Eólica.
Y los avances tecnológicos en construcción hacen que la producción energética sea exponencial.
El fin último de un plan de contingencia es garantizar la continuidad de un negocio en el menor tiempo posible. Al no ser posible aumentar la velocidad de un aerogenerador según convenga ni controlar las velocidades del viento, se hace indispensable que todos los parques eólicos cuenten con algún tipo de plan que aminore o evite el impacto que pueda ocasionar una parada del servicio, lo que se traduciría en una bajada de producción y en pérdidas económicas.
Stock de los principales componentes
Los planes de contingencia parten de un análisis de los riesgos, desde los más frecuentes hasta aquellos no tan comunes, pero de un impacto crucial. Un claro ejemplo es el disponer de un stock real de piezas y componentes, para una sustitución efectiva en el menor tiempo posible.
Muchas veces, debido a la gran complejidad, coste y elevados plazos de fabricación de algunos componentes, no es posible tener equipos de repuesto. Por ello, cada vez es más habitual que las compañías de este sector se apoyen en la competencia para tener una cobertura en caso de sufrir cualquier daño. Este tipo de acuerdos posibilitan, entre otros beneficios, que las empresas tengan un stock más elevado del que podrían asumir sin estos convenios.
En el mercado asegurador español tenemos ejemplos claros que evidencian el papel fundamental que juegan los planes de contingencia para reducir las consecuencias que podrían sufrir los clientes en caso de que algún componente principal tuviera algún fallo o daño.
Por ello, los equipos de siniestros de las compañías aseguradoras, en colaboración con los principales gabinetes periciales, son pieza fundamental para la aminoración de los costes de este tipo de siniestros. La búsqueda de acuerdos entre competidores, de equipos alternativos o incluso la localización de equipos o componentes en el mercado de segunda mano, hacen que el impacto en la siniestralidad sea una realidad y por ello es importante trabajar en conjunto para tratar de llegar a acuerdos reales.
Las pérdidas que puede suponer el paro temporal de una instalación eólica son millonarias. En parques eólicos no es frecuente que haya planes de contingencia, algo que supone un riesgo de grandes magnitudes para la continuidad del negocio. Disponer de un partner asegurador con el conocimiento necesario en los posibles siniestros que se pueden dar se hace esencial para su viabilidad.
Paloma Docampo
Senior Energy Underwriter de QBE
Fuente BDS (INESE)