La edición número 20 de McKinsey on Risk & Resilience pone el foco en cómo la inteligencia artificial, especialmente en su vertiente agentic, está transformando el mapa de riesgos y redefiniendo las prioridades de las organizaciones. A través de distintos artículos, la publicación examina el impacto de estas tecnologías en ámbitos clave como la lucha contra el crimen financiero, el negocio de crédito, la gobernanza de modelos y la seguridad.
Entre las conclusiones destacadas, McKinsey subraya que la IA está situando la función de riesgos en el centro de la estrategia empresarial. Los responsables de riesgo asumen un papel más amplio, impulsado por nuevas regulaciones y por la necesidad de gestionar modelos más complejos, entrenados con datos diversos y expuestos a nuevos vectores de vulnerabilidad.
La revista analiza también el potencial de la IA generativa en procesos de crédito, donde muchas entidades avanzan de forma gradual debido a limitaciones de capacidades, calidad de datos y exigencias regulatorias. Según el estudio, solo un número reducido de instituciones ha alcanzado despliegues maduros, mientras la mayoría continúa en fases piloto o de prueba de concepto.
Otro de los ejes es la irrupción de la agentic AI, cuyo enfoque autónomo permite automatizar tareas de extremo a extremo y multiplicar la productividad, pero introduce riesgos inéditos como la propagación de errores entre agentes, la creación de identidades sintéticas o filtraciones no trazables de datos. McKinsey plantea marcos y controles para garantizar una adopción segura que combine innovación y protección.
La publicación dedica además un análisis específico a la gobernanza de la IA generativa, proponiendo un scorecard que ayuda a las organizaciones a evaluar su exposición en términos de impacto financiero, complejidad tecnológica, uso de datos e implicaciones éticas. El objetivo es dotar a las entidades de herramientas que les permitan integrar estas tecnologías con garantías y anticiparse a riesgos emergentes.
Con esta edición, McKinsey invita a reflexionar sobre cómo la IA redefine la resiliencia empresarial y exige a las organizaciones avanzar hacia modelos de gestión del riesgo más integrados, seguros y preparados para un entorno en rápida evolución.
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