La contaminación se ha convertido en uno de los riesgos más graves para el futuro de la humanidad, según el Global Risk Report 2025 del Foro Económico Mundial, que reúne las opiniones de más de 1.200 expertos. Este informe señala que la contaminación no solo afecta al medioambiente, sino también a la salud, la economía y a las poblaciones más vulnerables, especialmente en países de ingresos bajos y medios. De hecho, los menores de 30 años la identifican como el tercer mayor riesgo para la próxima década.
En 2024, se superaron seis de los nueve límites planetarios establecidos para garantizar la estabilidad del planeta. Esta situación se relaciona con patrones de producción y consumo insostenibles, responsables del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación, conocida como la «Triple Crisis Planetaria».
La contaminación del aire destaca como la más letal. Las partículas contaminantes afectan gravemente a la salud humana y reducen la productividad laboral. Entre los llamados “supercontaminantes” se incluyen el carbono negro, el metano, los HFC y el ozono troposférico, responsables de hasta el 45% del calentamiento global a corto plazo. El carbono negro, por ejemplo, afecta al sistema respiratorio y acelera el deshielo polar.
En cuanto al agua, los compuestos químicos como los PFA, los plásticos y los productos farmacéuticos plantean riesgos severos. Estos contaminantes, presentes en objetos cotidianos, han sido vinculados con enfermedades como el cáncer y la infertilidad, y se han encontrado en el aire, el agua y el cuerpo humano.
Por último, la contaminación del suelo, derivada de la agricultura intensiva y la mala gestión de residuos industriales, pone en peligro los acuíferos y la salud pública, destacando la necesidad urgente de una regulación y respuesta global efectiva.

