La importancia del aprendizaje continuo como motor de la transformación y el compromiso de compartir

Carmen Alonso Ayuso, directora del Centro de Estudios de AGERS (CEA)

“Stay hungry, Stay foolish”. Con esta frase termina Steve Jobs su discurso en la graduación de la Universidad de Stanford (2005) y refleja la motivación que hay que tener en nuestras vidas.

A lo largo de mi trayectoria he podido reconocer los comportamientos que describen a las personas que tienen deseo por la mejora continua, por entender que el cambio es constante y que tenemos que revisar conocimientos, habilidades y herramientas (lo que actualmente se denomina Reskilling y Upskilling, el proceso de renovar y o adquirir competencias y habilidades para ser más competitivos).

Comportamientos potenciadores del aprendizaje continuo:

Mentalidad de crecimiento: impulsar la búsqueda de alternativas continuas, retar para salir de la zona de confort, aceptar el cambio como oportunidad de crecimiento.
Mejora continua: incorporar en nuestro modelo de trabajo, acciones para recoger el feedback y análisis continuo de clientes, partners, colaboradores, sobre qué ha salido bien, qué podríamos hacer distinto para mejorar el resultado o para optimizar los recursos.
Observación externa: mirar hacia fuera, habilitar tiempo y actividades para ver qué está pasando fuera, qué prácticas en sectores distintos pueden aplicarse al nuestro e incluir la voz del cliente para identificar necesidades no resueltas.
Mentoring inverso: poner a trabajar juntos talento júnior y con experiencia en objetivos compartidos. Generar espacios formales e informales para capitalizar conocimientos, habilidades y experiencias.
Liderazgo participativo: crear situaciones y entornos donde se puedan dar opiniones, discutir alternativas, liderazgo inclusivo, aprendizaje en el propio puesto y con feedback continuo.

Estos comportamientos describen una actitud de aprendizaje continuo que se ha visto transformada por el escenario actual. En mi opinión esta transformación se apoya en dos ejes importantes que tienen que desarrollarse, y que van de mano:

La tecnología, porque es la herramienta desde la que se están digitalizando procesos de gestión para ser más eficientes, que nos permiten optimizar y habilitar tiempo para llevar a cabo acciones de más valor en los negocios, lo que está suponiendo un reto de aprendizaje para los profesionales del sector.
Aunque donde está la verdadera transformación es en las personas (equipos y clientes). Es en este punto donde los profesionales del seguro tienen su mayor propuesta de valor: en el asesoramiento personalizado en la Gestión de Riesgos y Seguros, donde además existen oportunidades reales de aprendizaje continuo.

En este sentido se están desarrollando nuevas herramientas, como los programas entre la Universidad-Organización-Empresa, permitiendo que sean más accesibles: actualización, especialización, transferencia, networking. Como profesionales en activo que buscan una mayor especialización en distintas áreas, tenemos al alcance postgrados con un alto nivel de profundidad.

Desde el CEA creemos firmemente en la difusión y accesibilidad del aprendizaje, una verdadera comunidad especializada en el desarrollo de conocimientos y habilidades técnicas profesionales y personales en la Gestión de Riesgos y Seguros, y un compromiso en su transformación y evolución a su rol como Gerentes de Riesgos, e impulsar que se conviertan en referentes en el asesoramiento.

Es una verdadera oportunidad para posicionarnos y diferenciar la propuesta de valor del mediador en su relación con la empresa.

Fuente: bds