Un reciente informe del Swiss Re Institute revela que en 2023 se registraron un total de 142 incidentes catastróficos de origen natural, generando pérdidas aseguradas por un valor aproximado de 108.000 millones de dólares. Este récord representa un incremento significativo en comparación con años anteriores.
Entre los eventos más costosos del año se destacan los terremotos que afectaron a Turquía y Siria, con pérdidas aseguradas estimadas en 6.200 millones de dólares. Además, las tormentas convectivas severas (SCS) jugaron un papel preponderante en la acumulación de pérdidas, alcanzando un total de 64.000 millones de dólares en 2023. Es importante señalar que el 85% de estas pérdidas relacionadas con SCS tuvieron lugar en Estados Unidos, aunque su impacto también ha ido en aumento en Europa.
Expertos advierten que, ante la posibilidad de un aumento en la frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos debido al cambio climático, es fundamental implementar medidas de adaptación para mitigar los riesgos y reducir las pérdidas potenciales.
Jérôme Jean Haegeli, economista principal de Swiss Re, enfatiza la necesidad urgente de tomar acciones frente a la creciente amenaza climática, destacando la importancia de la colaboración entre sectores público y privado para enfrentar este desafío.
El aumento de la urbanización y el crecimiento económico se señalan como factores clave que contribuyen a la exposición al riesgo, junto con el cambio climático que agrava aún más esta situación. En este contexto, se subraya la importancia de políticas de construcción y desarrollo urbano que tengan en cuenta los riesgos naturales, así como la necesidad de incentivar medidas de adaptación y colaboración entre diferentes actores para mitigar el impacto de futuros eventos catastróficos.