En un mundo empresarial cada vez más impredecible, la gerencia de riesgos se ha convertido en una función esencial para las organizaciones. La revista «El Economista» entrevistó a Alicia Soler Rubia, directora de la Asociación de Gerentes de Riesgos (AGERS), para profundizar en el rol crítico que desempeña la gerencia de riesgos en el ámbito corporativo.
Alicia Soler explica que la gerencia de riesgos implica un enfoque estratégico que abarca la identificación, evaluación y mitigación de riesgos que podrían afectar a las organizaciones y a la sociedad en general. «No se trata solo de reconocer peligros potenciales, sino de entender cómo estos riesgos pueden impactar en los objetivos y operaciones de una empresa», afirma Soler.
La principal meta de la gerencia de riesgos es proteger los activos de la empresa, mejorar su resiliencia y contribuir a su desarrollo sostenible. Para ello, se utilizan diversas herramientas y técnicas que permiten evaluar y gestionar los riesgos de manera efectiva, asegurando no solo la continuidad del negocio, sino también la protección de los intereses de todas las partes involucradas.
Según Soler, la importancia de la gerencia de riesgos ha aumentado debido a su capacidad para abordar una amplia gama de desafíos, que incluyen crisis sanitarias, desastres naturales, riesgos políticos, conflictos armados y riesgos tecnológicos como los derivados de la inteligencia artificial. «En este entorno global marcado por la incertidumbre, la gestión proactiva de riesgos se vuelve esencial para proteger los activos empresariales y garantizar la continuidad del negocio», destaca.
La gerencia de riesgos debe estar preparada para enfrentar amenazas emergentes como ciberataques, problemas de privacidad de datos y volatilidad geopolítica, además de los riesgos tradicionales. Esto requiere una adaptación constante y una respuesta ágil para proteger a las organizaciones en un entorno en constante evolución. Soler utiliza una metáfora para explicarlo: «Pensemos en el gerente de riesgos como el internista del cuerpo humano; esto implica reconocer que los riesgos pueden afectar a varias áreas de la empresa de manera interrelacionada, al igual que las enfermedades pueden afectar a múltiples órganos».
Para Alicia Soler, un gerente de riesgos eficiente debe poseer una combinación de habilidades y conocimientos sólidos, incluyendo un profundo entendimiento de los principios de gestión de riesgos, formación y titulación acreditada, así como experiencia en el campo. Además, debe mantener una visión global de la organización, comunicarse efectivamente y resolver problemas de manera proactiva y creativa. La capacidad para tomar decisiones bajo presión y mantener la calma en situaciones de crisis es fundamental. «Aunque es una profesión exigente, su papel es crucial en cualquier empresa», concluye Soler.
En resumen, la gerencia de riesgos es una disciplina vital que ayuda a las empresas a anticiparse a posibles inconvenientes, evitarlos o, al menos, minimizarlos y responder de la mejor manera ante ellos. Con su enfoque estratégico, la gerencia de riesgos aporta estabilidad y pone las bases para el crecimiento social, económico y operativo de las organizaciones, garantizando su resiliencia y éxito a largo plazo en un mundo en constante cambio.
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