La reciente Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) que ha impactado la provincia de Tarragona ha vuelto a evidenciar la vulnerabilidad de las organizaciones ante fenómenos meteorológicos extremos. Las intensas precipitaciones y los consecuentes daños materiales, logísticos y operativos plantean la necesidad de reforzar los mecanismos de prevención, respuesta y recuperación en el ámbito de la gestión de riesgos corporativos.
En un contexto de creciente variabilidad climática, los responsables de riesgos, seguros y continuidad de negocio deben revisar sus marcos de actuación y aprender de cada episodio para fortalecer la resiliencia organizacional y la capacidad de adaptación a escenarios inciertos.
1. Activación de los planes de emergencia y continuidad
Las empresas con operaciones en las zonas afectadas deben activar sus protocolos de emergencia y sus Planes de Continuidad de Negocio (BCP), garantizando la seguridad de los empleados y la integridad de las instalaciones. Es esencial mantener canales de comunicación operativos con los equipos de crisis, proveedores críticos y autoridades locales, además de establecer procedimientos claros de priorización de actividades esenciales.
Una respuesta temprana y coordinada permite reducir tiempos de interrupción y minimizar los impactos económicos y reputacionales derivados de la paralización operativa.
2. Evaluación inicial de daños y documentación
Una evaluación rápida, sistemática y documentada de los daños resulta fundamental para iniciar los procesos de reclamación y activar las coberturas aseguradoras. Se recomienda recopilar evidencias —fotografías, informes técnicos, registros de mantenimiento y actas de inspección— que permitan agilizar la gestión con las aseguradoras y con el Consorcio de Compensación de Seguros, cuando el evento se clasifique como fenómeno extraordinario.
3. Revisión de coberturas y condiciones aseguradoras
Las DANAs, por su naturaleza meteorológica, suelen estar amparadas por el Consorcio de Compensación de Seguros. No obstante, es importante que las organizaciones revisen sus pólizas multirriesgo, de daños materiales, interrupción de negocio, transporte y responsabilidad civil, con el fin de asegurar una cobertura adecuada y actualizada frente a eventos de carácter extraordinario.
Una adecuada coordinación entre las áreas de riesgos, seguros y finanzas resulta esencial para anticipar necesidades y evitar brechas de cobertura.
4. Planificación preventiva y análisis de vulnerabilidad
A medio y largo plazo, las empresas deben fortalecer su modelo de gestión del riesgo climático, incorporando análisis de exposición y vulnerabilidad en sus mapas de riesgos corporativos.
La adopción de medidas estructurales —como sistemas de drenaje, relocalización de activos críticos o mejoras en los planes de mantenimiento— contribuye a reducir la severidad de las pérdidas y a mejorar la capacidad de respuesta ante futuras DANAs.
Integrar la variable climática en la planificación estratégica es una práctica alineada con los estándares internacionales de resiliencia organizacional y con las recomendaciones de la ISO 31000 y la ISO 22301.
5. Empresas sin planes de continuidad: cómo afrontar la incertidumbre
Aquellas organizaciones que aún no disponen de un Plan de Continuidad de Negocio deben centrar sus esfuerzos en mantener la operatividad básica y proteger los recursos críticos. En este escenario, se recomienda:
- Priorizar la seguridad de las personas y la protección de los activos esenciales.
- Establecer equipos temporales de gestión de crisis, incluso de manera informal, con roles y responsabilidades claras.
- Identificar los procesos clave para la supervivencia de la empresa (facturación, atención a clientes, comunicaciones, cadena de suministro).
- Documentar las lecciones aprendidas durante el evento para diseñar un plan de continuidad formal en el corto plazo.
Enfrentar la incertidumbre sin un marco establecido exige flexibilidad, liderazgo y comunicación efectiva. Cada evento debe aprovecharse como una oportunidad para avanzar hacia una cultura de prevención y resiliencia.
6. Lecciones aprendidas y fortalecimiento de la resiliencia
Cada episodio extremo debe ser analizado con una visión de aprendizaje organizativo. La revisión de protocolos, la identificación de fallos y la mejora de los mecanismos de coordinación permiten fortalecer los sistemas de gestión del riesgo y de continuidad de negocio.
La resiliencia empresarial no se construye únicamente con planes y procedimientos, sino con una cultura organizacional comprometida con la anticipación, la cooperación y la mejora continua.
En AGERS, reiteramos la importancia de que las organizaciones cuenten con profesionales formados en gestión de riesgos y seguros, capaces de interpretar estos eventos desde una perspectiva integral y estratégica, orientada a la sostenibilidad y continuidad del negocio.
Para más información sobre los seguros de riesgos extraordinarios y los procedimientos de actuación, se recomienda consultar el portal oficial del Consorcio de Compensación de Seguros (CCS)
