Riskonnect ha publicado The 2025 New Generation of Risk Report, un análisis global que refleja cómo las organizaciones se enfrentan a una creciente complejidad marcada por la incertidumbre política, la tensión geopolítica, el avance acelerado de la inteligencia artificial y el aumento de ciberamenazas. Según el estudio, elaborado a partir de más de 200 profesionales de riesgo, el riesgo político ha escalado notablemente: el 97% afirma verse afectado por estos factores y un 40% describe el impacto como significativo o severo, lo que ha llevado a frenar contrataciones, inversiones tecnológicas y planes de expansión. Sin embargo, solo el 17% se siente realmente preparado para gestionarlo.
La planificación ante riesgos geopolíticos ha mejorado y el 66% de las compañías afirma contar con un plan específico, aunque únicamente el 18% se considera muy preparado para afrontarlos. En este contexto, el 62% de los líderes anticipa un aumento de ciberamenazas estatales si se intensifican las tensiones comerciales. El informe también alerta sobre la rápida irrupción de la Agentic AI: casi el 60% de las empresas evalúa su incorporación, pero el 55% no ha valorado sus riesgos, y el 75% carece de planes para gestionar amenazas como deepfakes o fraudes impulsados por IA.
En cuanto a la cadena digital de suministro, el 85% asegura disponer de planes de continuidad, pero solo el 8% tiene visibilidad más allá del primer nivel de proveedores, mientras que un 16% reconoce no monitorizar en absoluto los riesgos de terceros tecnológicos críticos. A la vez, el uso de IA en gestión de riesgos continúa creciendo hasta el 70%, especialmente para evaluación, previsión y simulación de escenarios, aunque el 39% de las empresas todavía no realiza ejercicios de worst-case scenario.
El informe refleja también un mayor peso de la función de riesgos en la alta dirección: el 60% de las organizaciones ya cuenta con un CRO en su comité ejecutivo. No obstante, esta visibilidad no viene acompañada de recursos adicionales, ya que solo el 28% ha visto incrementarse su presupuesto tecnológico por tercer año consecutivo. En conjunto, el estudio concluye que las organizaciones avanzan, pero aún deben acelerar su capacidad de anticipación, gobernanza y preparación para responder a una nueva generación de riesgos cada vez más dinámica y exigente.
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