En 2024, el impacto del cambio climático se hizo más evidente que nunca, con un aumento significativo en la frecuencia y la gravedad de catástrofes naturales que afectaron al mundo entero. Este comunicado creado por Munich RE examina cómo el cambio climático está influyendo en los desastres naturales y las implicaciones que tiene para el mercado asegurador y las sociedades globales.
Un año marcado por pérdidas récord
El año 2024 se registró como uno de los más costosos en la historia reciente para el mercado asegurador. Las catástrofes naturales causaron pérdidas globales de 320.000 millones de dólares, de las cuales 140.000 millones estaban aseguradas. En términos de pérdidas aseguradas, fue el tercer año más caro desde 1980, mientras que, en pérdidas totales, ocupó el quinto lugar.
El 93% de las pérdidas totales y el 97% de las aseguradas provinieron de fenómenos meteorológicos extremos, como huracanes, tormentas severas e inundaciones. Aunque unas 11.000 personas perdieron la vida, esta cifra es significativamente menor que la media histórica.
Las catástrofes más devastadoras del año
Huracanes Helene y Milton
En 2024, los huracanes Helene y Milton causaron estragos en Estados Unidos. Helene generó las mayores pérdidas globales del año, con 56.000 millones de dólares, de los cuales 16.000 millones estaban asegurados. Este huracán de categoría 4 no solo trajo vientos destructivos, sino también graves inundaciones que afectaron a los Apalaches, cobrándose más de 200 vidas.
Por su parte, Milton, también de categoría 4, causó pérdidas aseguradas por un total de 25.000 millones de dólares. Este huracán provocó una marejada ciclónica y severos daños por viento en Florida, con pérdidas totales que alcanzaron los 38.000 millones de dólares.
Terremoto en Japón
El terremoto del 1 de enero en la costa occidental de Japón fue otra de las tragedias significativas de 2024. Este sismo de magnitud 7,5 causó pérdidas totales de 15.000 millones de dólares, de los cuales solo 2.500 millones estaban asegurados. Miles de personas quedaron sin acceso a servicios básicos durante semanas y más de 200 perdieron la vida.
Tifón Yagi
El tifón Yagi azotó varias regiones de Asia, incluidas Filipinas y Vietnam, causando la muerte de 850 personas y pérdidas estimadas en 14.000 millones de dólares. Solo una pequeña fracción de estas pérdidas estaba asegurada.
Regiones más afectadas
América del Norte
Norteamérica concentró casi el 60% de las pérdidas globales, con un total de 190.000 millones de dólares, de los cuales 108.000 millones estaban asegurados. Además de los huracanes, las tormentas severas generaron enormes costos, con pérdidas totales de 57.000 millones de dólares.
Europa
En Europa, las inundaciones extremas en España destacaron como la catástrofe natural más grave del año. En Valencia, cayeron más de 600 mm de lluvia en 24 horas, destruyendo viviendas y causando la muerte de al menos 200 personas. Las pérdidas totales ascendieron a 11.000 millones de dólares, con 4.200 millones asegurados.
Asia-Pacífico
En Asia-Pacífico, las inundaciones y ciclones causaron pérdidas por un total de 91.000 millones de dólares, con 16.000 millones asegurados. Entre las tragedias más notables se encuentran las inundaciones en Dubái y las lluvias monzónicas en el sureste de China.
Cambio climático: el catalizador de las catástrofes
El año 2024 también se destacó como el más caluroso registrado hasta ahora, con temperaturas medias globales 1,5ºC más altas que en la era preindustrial. Estudios científicos confirman que el cambio climático está intensificando los desastres naturales, haciéndolos más frecuentes y extremos. Por ejemplo, investigaciones atribuyen al cambio climático la mayor severidad de los huracanes Helene y Milton, así como la probabilidad duplicada de las inundaciones en Valencia.
Prepararse para un futuro incierto
Ante este panorama, es crucial que las sociedades y el mercado asegurador adopten medidas proactivas. Munich Re, una de las principales reaseguradoras del mundo, está adaptando sus modelos de riesgo para afrontar la creciente amenaza climática. “El seguro fomenta la prevención al poner precio a los riesgos. Esto es clave para fortalecer la resiliencia frente a catástrofes futuras”, afirmó Thomas Blunck, miembro de su Junta Directiva.
La comunidad global también debe actuar para reducir las emisiones de carbono y proteger a las poblaciones más vulnerables. Solo con esfuerzos conjuntos se podrá mitigar el impacto de un planeta cada vez más caliente.