AON indica que las interrupciones en las cadenas de suministro plantean amenazas significativas a la reputación de la organización, generando una disminución en el valor accionario y erosionando la confianza de las partes interesadas. La imperante necesidad de estrategias de gestión integral se vuelve evidente en este contexto.
Las incidencias en la cadena de suministro que afectan la reputación pueden minar la confianza de las partes interesadas y tener impactos a largo plazo en la rentabilidad. Ante el escrutinio creciente, las empresas deben asumir la responsabilidad de los riesgos reputacionales relacionados con ESG en sus cadenas de suministro.
Además, la gestión de riesgos enfrenta la complejidad de abordar desafíos como desastres naturales, ciberamenazas e inestabilidad geopolítica, mientras simultáneamente se enfrenta a riesgos ESG. Estos últimos, originados en la cadena de suministro, pueden afectar la reputación a largo plazo y llevar a pérdida de confianza y valor para los accionistas.
Por otro lado, la intersección entre la cadena de suministro y los riesgos reputacionales requiere una hoja de ruta proactiva. Es vital mapear los riesgos ESG, realizar debida diligencia en la cadena de suministro, cumplir con expectativas legislativas y fortalecer la capacidad de respuesta ante eventos disruptivos. La gestión integral de riesgos asegura una evaluación completa para una toma de decisiones informada.