La ola tecnológica impulsada por la Inteligencia Artificial (IA) ha llegado al sector de la aviación, transformando la gestión del tráfico aéreo de manera significativa. En este artículo, exploramos las principales áreas de investigación, desarrollo e implementación que se están llevando a cabo en Europa. La IA promete optimizar y mejorar las tecnologías actuales en la industria de la aviación, abordando problemas complejos en la planificación de rutas, la gestión de la tripulación y la seguridad de los pasajeros.
Para profundizar en el impacto y el potencial de esta revolución, Mapfre conversó con Javier Alberto Pérez Castán, destacado académico de la ETSIAE (Escuela Técnica Superior de Ingeniería Aeronáutica y del Espacio) de la Universidad Politécnica de Madrid.
Los avances en la implementación de la IA en Europa están siendo impulsados por SESAR, una asociación público-privada que acelera la adopción de tecnologías avanzadas en aviones, drones y otros vehículos aéreos. Según Pérez Castán, la investigación ha logrado importantes progresos y éxitos prácticos en varias áreas: gestión del tráfico aéreo, herramientas que mejoran desde la planificación de vuelos hasta su operación, incluyendo la predicción de trayectorias y condiciones meteorológicas, así como la optimización del posicionamiento GNSS (Global Navigation Satellite Systems); innovaciones en aeropuertos, la IA se utiliza en la seguridad, como en el reconocimiento facial de pasajeros y la inspección automatizada de equipajes, y en la identificación remota de aeronaves; torres de control y tecnologías de reconocimiento, implementación de tecnologías avanzadas de voz e imágenes para asistir a controladores aéreos y pilotos; y desarrollo de agentes inteligentes, asisten a operadores humanos en tareas y toma de decisiones, permitiendo gestionar un mayor número de aeronaves de manera segura.
Pérez Castán subraya que «una de las principales ventajas de la IA es su capacidad para predecir situaciones futuras basándose en eventos pasados», lo que la convierte en una herramienta esencial para «identificar, analizar, cuantificar y mitigar posibles peligros». En este contexto, destacan tres áreas clave: certificación y validación de sistemas, organismos como la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) están desarrollando normativas para certificar herramientas y sistemas que incorporen IA en la aviación; herramientas predictivas para eventos raros, sistemas que predicen pérdidas de separación entre aeronaves, probabilidad de incursiones en pista y la necesidad de aterrizajes frustrados según variables como el clima; y reducción del factor humano, la automatización de tareas y el desarrollo de asistentes virtuales para operadores de tránsito aéreo y pilotos representan una gran oportunidad para reducir la carga de trabajo y aumentar la capacidad aérea, evitando errores.
A pesar de los avances, la adopción de la IA en la aviación enfrenta desafíos importantes. Uno de los más críticos es crear un marco regulatorio adecuado. «La Unión Europea y la EASA están liderando este esfuerzo, pero el principal reto es que la normativa no sea demasiado rígida y permita la investigación», afirma Pérez Castán. Otro desafío es demostrar la seguridad de la IA en uno de los medios de transporte más regulados del mundo. «Es esencial introducir gradualmente esta tecnología, adaptando los procesos y barreras de seguridad para generar confianza», añade.
Pérez Castán concluye destacando que el impacto de la IA en la aviación puede ser muy positivo, especialmente en objetivos relacionados con la sostenibilidad y el medioambiente. «Una mejor predicción permite una organización y sincronización más eficiente del tráfico, lo que se traduce en rutas más directas y una reducción de los retrasos».
