El sector de energías renovables en España se encuentra en un momento crucial, con un crecimiento significativo en 2023 a pesar de los desafíos financieros y de suministro. El compromiso del país de instalar 214 GW de capacidad de generación eléctrica para 2030, de los cuales 160 GW provendrán de energías renovables, plantea una ambiciosa meta que requerirá una aceleración en la inversión en instalaciones.
La escasez de materiales y mano de obra se vislumbra como un obstáculo importante para el sector, con un aumento en la demanda de trabajadores especializados y una presión sobre las cadenas de suministro. La inestabilidad política y la polarización entre los partidos políticos también se perfilan como factores que podrían influir en la formulación de políticas clave para la transición energética.
A pesar de estos desafíos, las perspectivas para las energías renovables en España son positivas, con un rápido aumento previsto de las instalaciones renovables que incrementará la demanda de materiales y trabajadores especializados. Las empresas del sector deberán aplicar herramientas como la cobertura de precios para mitigar los efectos de las subidas y gestionar eficazmente los riesgos de la cadena de suministro.
Se espera que el sector español de las renovables continúe su expansión, con previsiones que indican un aumento del 6,5% en la generación de electricidad a partir de fuentes renovables en 2024 y un 4,6% en 2025. El apoyo gubernamental y la capacidad de la industria para superar los desafíos de la cadena de suministro serán determinantes en el ritmo de crecimiento y en el logro de los objetivos de transición energética.
En este contexto, España se encuentra en una encrucijada para desarrollar estrategias sólidas que impulsen el crecimiento sostenible del sector de energías renovables, enfrentando los desafíos con determinación y aprovechando las oportunidades para avanzar hacia un futuro más limpio y sostenible en términos energéticos.