Este año, en Exolum, afrontamos la cuarta renovación de nuestro Programa de Seguros desde que, en 2019, sufrimos el primer año de subida de tasas. Los años siguientes, esas ligeras subidas, se incrementaron y las capacidades comenzaron a escasear. Parece que nuestro mercado asegurador, principalmente en Daños Materiales, ha corregido, por fin, la mayoría de sus desequilibrios entre primas y siniestralidad y nos anuncian un periodo de mayor estabilidad.
Muchos y continuados años de mercado blando, con tasas insuficientes para afrontar exposiciones cada vez mayores, unido a un tipo de interés muy bajo obligaban a las aseguradoras a concentrar sus esfuerzos en hacer rentables sus distintas carteras de riesgos. Correcciones de tasas en función de la cartera, pero también en función de los resultados individuales de cada cliente.
Todo ello unido a una pandemia, con la que llegó la consiguiente caída del precio del barril de petróleo a mínimos históricos (19,33 $/barril Brent, el 21 abril 2020), caídas en el consumo de combustibles -con especial mención al mercado del querosenos de aviación- desabastecimiento de materias primas… y, en pocos meses, aprendimos a enfrentarnos a una nueva realidad desde nuestros recién estrenados teletrabajos.